sábado, 28 de diciembre de 2013

Diálogo imaginario de la Cena de Fin de Año

Tía Abuela: -¿Y vos, nena? ¿Todavía seguís estudiando?
Yo: -No, ya terminé.
TA:- ¡Ah! ¿Y cuándo te recibiste que no me enteré?
Y: -No, todavía no me recibí. Ya terminé de estudiar pero estoy escribiendo la tesis, que es como un trabajo práctico gigante. Es lo único que me falta.
TA: -Ah, entonces no terminaste, seguís estudiando.
Y: -En realidad, terminé de cursar, pero todavía no tengo el título, me falta la tesis nomás.
TA: -¿Y te falta mucho?
Y: - Un poco. Es un trabajo bastante largo.
TA: -Así que todavía te faltan un par de años.
Y: -Sí, sí. Igual, espero terminar pronto.
TA: -¿Pero hace cuántos que venís estudiando? Ya estás en edad de recibirte, ¡eh! Mirá que estás grandecita para que te sigan manteniendo.
Y: -Sí, ya sé. Pero bueno, se hace lo que se puede.

Me atraganto con la porción de arrollado primavera. Tozo hasta ponerme roja como la borla que cuelga del árbol. Dejo de comer, me va a caer mal la comida. Gracias tía y feliz año nuevo.

¡Por un 2014 en compañía de la tesis! ¡Chin-chin!


martes, 24 de diciembre de 2013

La no carta

Llega Navidad, junto a la cena en familia y también los regalos. Con 24 años, dejé de ser una niña hace rato, o eso fue lo que creí cuando me fui a vivir sola para estudiar. Por supuesto que ya no le escribo cartas a Papá Noel, creo que la última fue hace dos décadas. Sin embargo, por más adulta que sea, por dentro siempre deseo que me regalen tal o cual cosa, o que mi tía se equivoque y en vez de adornos me traiga un par de zapatos de Saverio Di Ricci o que mi hermano este año se esmere. Pido imaginariamente mis regalos.

Este año, además de desear lo que dicen las vidrieras de todos los negocios (paz, amor, salud y prosperidad), quiero jugármela a lo grande. Deseo...deseo... ¡que mi director de tesis me diga que lo que escribí está perfecto! No, tiene que ser algo más. Deseo que... ¡la tesis se escriba mágicamente! ¡Nooo! Tiene que ser un deseo imposible que sólo se resuelva en Navidad, como en las películas. Entonces... ¡ya sé! ¡Quiero el título de Licenciada abajo del arbolito! Sí, ¡eso!

Algunos dirán que es pedir demasiado. Ya sé. De todos modos, no esperaba que se hiciera realidad, son ilusiones de adorno. Porque, por más carta que le escriba o no a Santa Claus y sus 38 mil renos, nunca me trajo lo que quería. Los rollers que quería a los 8 se convirtieron en ropa y la malla que pedí a los 16 terminó siendo un par de sandalias que nunca usé.

Mejor, no espero regalos y me prendó al pan dulce con frutas que me encanta y nadie come.

¡FELIZ NAVIDAD, COMPAÑEROS TESISTAS!


sábado, 21 de diciembre de 2013

Un regalo a mi Director

Como un paquete envuelto para regalo abajo del pino navideño, con moño grande y papel estridente, y como quien lo entrega a su acreedor después de las doce, envié el primer mail con avances a mi director de tesis. ¡Qué emoción!

Fue todo un acontecimiento para mí haber podido llegar a una cantidad considerable de caracteres, palabras y páginas escritas para poder enviar y decir: "¡Acá está! Estuve trabajando a pesar del calor y de la ausencia de olas, viento y sucundún a mi alrededor! ¡Tomá!"

Cada uno de los párrafos fue escrito a conciencia, o por lo menos eso fue lo que intenté. Puede ser que alguna que otra pavada me haya mandado. Presiento el peor de los pronósticos. "¿Que llueva el fin de semana?" No, ¡que se dé cuenta! Que el fin de semana si quiere haga dos bajo cero, me da igual.

¿Viste cuando empezás a guitarrear en un examen para que los espacios en blanco se llenen y el volúmen de hojas aumente para que parezca que sos un alumno de diez y te sacás un 3,80, pero con el redondeo llegás a 4 y zafás? Bueno, pudo haber pasado algo de eso. Pero también, en el examen, el que corrige se da cuenta de tu intención de rellenar los baches y te tacha todo lo que chamuyaste, y con suerte aprobás. ¡Acá también! Pero, en mi situación, en vez de aprobar me manda a rehacer toooooodo el trabajo que hice, que me llevó semanas y semanas de lectura, para luego escribir algo medianamente aceptable.

Incluso, presiento que todo aquello que escribí con sudor y esfuerzo, conformando oraciones difíciles para demostrar un poco de mi transcurso por la Academia y discutiendo a un nivel elevado con los autores, todo eso va a ser mandado a reelaboración.

Vuelvo a ser Mario sin el poder de tirar fueguitos y solo, sin Yoshi, en el nivel uno.

Espero que ya lo haya abierto y no espere hasta el 25.
Cambio y fuera.


lunes, 16 de diciembre de 2013

Cinco kilos de conciencia

El viernes tenía todo organizado para pasar el fin de semana entero en compañía de la tesis, conversando con ella y construyendo esta relación eterna que nos une. Pero, ¿será que por tanto que lo pensé no pasó?

Venía super embalada. En la puerta al sábado, el viernes a la noche, había dejado todo listo para, ni bien me levantara, sentarme a escribir. ¡Ya sabía por dónde tenía que empezar y todo! Pero no no no. Parece que la lluvia de meteoritos trajeron fuerzas exteriores que me llevaron por otro camino.

Durante estos dos días de no hacer nada productivo, en cuando a la tesis se refiere, por supuesto, ¿descansé? No. ¿Salí de joda? No, tampoco. ¿Asalté la pileta de algún vecino para apaciguar el calor? ¡No, ni cerca! Entonces, ¿qué pasó? Trabajé. "¡Tampoco es para tanto! Mirá que vas a estar dos días, TODO EL FIN DE SEMANA trabajando..." ¡Posta! Trabajo al día y atrasado. Del pago y del que uno hace para colaborar con sus amigos y por buenas causas. Aunque, bueno...puede ser que también haya tenido un poco de culpa alguna que otra cena.

Sin poder hacer nada al respecto, llegó el lunes. La semana empezó de nuevo y no adelanté absolutamente nada. Nuevamente vuelvo a pensar que este estado se va a prolongar más de lo que me gustaría. En fin, después de descargarme me siento un poquitito mejor. Por lo menos, me quedo tranquila de que no soy la única que le pasan estas cosas. Sé que todos los tesistas que existen en el cosmos sienten lo mismo que yo.

Igualmente, me pesa la conciencia por no haber adelantado nada. Mejor me voy a escribir. Con cinco líneas hoy me conformo.


viernes, 13 de diciembre de 2013

Más finales rendidos, más cerca de la tesis

Llegada esta época, veo en los muros de mis amigos y ex compañeros de la facu que están preparando finales, deseando que haya amenaza de bomba para que la mesa se suspenda y tengan más tiempo para estudiar, y practicando todo tipo de métodos para que los textos entren por ósmosis.

Cuando los leo, me agarra un poco de nostalgia. "Se extrañan los finales...", le comenté una vez a una amiga a quien le acababa de llevar los resúmenes de Teorías para rendir, a lo que siguió una agresión verbal (no entremos en detalles).

Empezás la carrera y te comés las materias, le ponés garra a TODO con tal de llegar hasta el fin del programa. Rendís todos los finales o, justamente los dejás para lo último, cuando terminás las cursadas hechas en tiempo record. Siempre para poder terminar lo antes posible. Pero quisiera advertirlos, a ustedes, alumnos que todavía no tomaron conciencia de lo que les espera después de unos treinta y pico de materias: la luz no está al final del camino, no llega la calma, no salen con el título en la mano. No no, nada de eso. ¡Los está esperando la TESIS!

Se trata de una decisión muy grande. Rendir o no rendir. Llegar a la tesis o no. Alcanzarla no sólo implica haber terminado de rendir, que puede parecer un alivio bastante grande pero oculta la desdicha de haber perdido la vida de estudiante, sino que empieza una etapa mucho peor: la de auto-esclavización. Ya no hay fechas que te pongan límite. La tenés que hacer vos mismo, con tu tiempo. Sin profesor que te machaque la cabeza y que te presione para que entregues las cosas en tiempo y forma. Estás solo. Claro, vos y la tesis.

Propongo empezar una campaña de concientización: terminar de rendir no implica recibirse, significa CAER EN LAS GARRAS DE LA TESIS. ¡CUIDADO!

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Página número 6

"Ya llevó seis páginas escritas. ¡Epa! ¡Todo un avance, chiquita!", pienso para mis adentros, pero la verdad es que intento engañarme diciendo que es bastante. En comparación a las 375 páginas que me faltan, sin contar la introducción, el apéndice, la bibliografía y alguna que otra cosa más que siempre surge a último momento y te atrasa cinco meses más la entrega, no es absolutamente nada. Es insignificante. Lo peor es que, nunca pensé que en tan poco tiempo y en tan corto camino iba a encontrarme tan confundida entre los diferentes autores. ¡Estoy completamente desencontrada!

¡Y eso que recién empiezo! No me quiero imaginar cuando llegue al nivel 52 y tenga que enfrentarme con Iggy Koopa, con una sola vida y sin hongo de reserva. No sé.

Dicen que lo que importa es la intención, con eso me conformo.

martes, 10 de diciembre de 2013

Hoy empiezo

Hoy, un 10 de diciembre, a la una menos veinte de la mañana me encuentro escribiendo mi tesis. Mejor dicho, comenzando a escribirla, al igual que este blog.

Llegada esta época, la gente común empieza a cerrar capítulos, a terminar lo que comenzó a principio de año, a la mitad o solamente hace unos días. Pero está terminando, "cerrando el año". El tesista no tiene eso, se encuentra en un estado de trabajo continuo, que puede ser intermitente o constante, pero siempre está trabajando en su trabajo final de carrera.  Todo el tiempo. No tiene descanso. Sus sueños son acerca de la tesis. Todo lo que ve lo relaciona con el tema que eligió. Y bueno, me encuentro en ese estado.

Mientras en diciembre todos cierran lo que empezaron, yo empiezo un blog para canalizar todos mis sentimientos encontrados y, principalmente, desencontrados sobre el proceso que implica escribir esta fucking TESIS. Sí, con letras mayúsculas, porque es la Señora TESIS. Que da mucho miedo.

Porque la tesista no tiene vacaciones, ni feriados, ni asuetos. Por lo tanto, la crisis tesitera que enfrento desde hace un tiempo, tampoco.

Espero que algún día tenga un cierre: el día que me entreguen el título de Licenciada en la mano. Pero seguramente será solamente por un rato porque voy a tener que volver a mi diario bloggero cuando afronte algún doctorado.

Capítulo 1 ON